sábado, 9 de febrero de 2013

Capítulo 18: Un nuevo comienzo

La lectura de los diarios de Laura era cada vez mas dura para mí. Era terrible el detalle con que Laura contaba las atrocidades que sufría. Las explicaba muy explícitamente, muchas veces no podía evitar sentir náuseas y la empatía hacía que yo sufriese como ella cada tocamiento, palabra o golpe. Acabé de leer el diario del 2011, apagué la luz y esa noche no soñé con ella.
A la mañana siguiente tenía intención de llamar a Alba, pero ella se adelantó.
- Juan. me han llamado de una empresa, a la que ni siquera mandé currículum para trabajar allí, ¿será un timo?
- Te aseguro que no. Venid hoy a comer a nuestra casa, hace tiempo que no ves a tu ahijada, así te cuento todo...
- Vale, sobre las dos llegamos. Nos vemos.
Fui a la cocina y ayudé a Rebeca en lo que pude. El tiempo pasó muy rápido, y cuando me dí cuenta, Alba y Andrés estaban ya llamando a nuestra puerta. 
Tras la comida, Alba no pudo resistir la tentación de coger a su pequeña tocaya en brazos y jugar un buen rato con ella. Después de acostarla, ella se quedó mirando para mí.
- Tengo que decirte algo, antes de mi accidente, apareció esto en casa.
Empezó a buscar algo en el bolso, de pronto, sacó un sobre blanco, iba a abrirlo y la interrumpí, casi al borde de un ataque de nervios.
- No sigas, ya me imagino lo que pone...
- Bueno te la leo igual: "Si lo conoces, eres como él, luego mereces lo peor".
- ¡Será hijo de la gran puta! me parece increíble... ¿Cómo pudo mandar eso desde chirona?
- ¿Pero de qué hablas? 
- Es el Jefe de Recursos Humanos, estoy seguro de que él era quien nos amenaza, también quien acosaba a Laura.
- ¿Qué? Más despacio, me estoy perdiendo.
- Rebeca no sabe nada, pero entró aquí el jefe de Recursos Humanos, lo pillé revolviendo en mi escritorio. Lo paré en seco y llamé a la Policía. Ahora está en la cárcel. Creo que fue él quien estaba acosando sexualmente a Laura y quien me amenazaba.
- ¡¿Cómo?! ¿Estaban acosando a Laura?
- Sí. Su prima me dio sus diarios, es terrible lo que le hicieron a esa chica. 
Entonces subí a por él, y le enseñé la página dónde contaba el primer acoso. Vi como la cara de Alba se iba poniendo cada vez más seria y con gesto asqueado.
- No quiero leer más, ¡es repulsivo! Bueno, cambiando de tema, ¿conoces a la empresa que nos llamó?
- Sí, demasiado bien, como que es la de mi padre.
- ¿Qué? ¿En serio?
Era cierto, mi padre tuvo que enterarse de alguna manera de nuestros despidos. Su empresa había crecido muchísimo. Formó una naviera, que fue aumentando y creó una empresa de transportes especiales, sobre todo enfocada al transporte de objetos delicados, cargas pesadas, obras de arte, lujo e incluso coches de lujo. Abrió una delegación en Italia, en el norte, gracias a ello consiguió los transportes para marcas de coches como Ferrari, Lamborghini o Pagani.
El lunes llegó, había quedado en las oficinas con Alba a las nueve de la mañana, al llegar allí, ya vi su coche y aparqué al lado, ella estaba dentro, al oír mi GT-R ella giró la cabeza y me saludó. Bajamos y entramos en el edificio de las oficinas. Mi padre estaba esperándonos. Nos enseñó las instalaciones de la empresa, era increíble el trato que él dispensaba a todos los empleados, en comparación como lo hacía mi antiguo jefe. Se llevaban como una gran familia, mi padre los conocía a todos y hablaban con gran amistad y camaradería.
Entramos en una sala, donde nos esperaban otros miembros del consejo de la Administración de la empresa. Tras una breve charla, nos indicaron que entrasemos en la sala contigua para hacer la entrevista. Primero entró Alba, estuvo unos veinte minutos dentro. Salió de allí con una gran sonrisa.
- ¡Me han cogido!
- Enhorabuena.
- Estoy flipando, mi sueldo es casi el doble que antes. Mucha suerte.
Entonces me llamaron para entrar yo, la entrevista me pareció un chiste, tanto que llegué a decir:
- Me parece que a mí no se me contrata por mis méritos, si no por ser hijo del director.
- No se crea eso, tenemos muy buenas referencias suyas, es un gran especialista en contratos. Es un gran profesional. Conocemos el trabajo que realizó en la empresa anterior.
- Ya, entiendo, gracias por la confianza.
Entonces me hablaron de mi salario, también mucho mejor que el de antes. Me indicaron la salida y me dijeron cual iba a ser mi despacho. Alba estaba fuera, le hice un gesto para que nos siguiera. Había una puerta que ponía "Asesoría Jurídica", delante de ella a la derecha, en un pequeño escritorio, estaba una chica joven. Me la presentaron, era mi futura secretaria, se llamaba Carlota. 
Entré en aquel enorme despacho. Mucho más grande y equipado que el que yo tenía antes. Allí estaba esperándome mi padre, sentado en una de las sillas que había colocadas frente a la mesa. Se levantó y me estrechó la mano. 
- ¿Te gusta tu nuevo despacho? Si hay algo del despacho que no te gusta, se cambia y ya está...
- Deja, está todo perfecto, ¿cómo te enteraste de mi dimisión? 
- Me lo dijo Rebeca, ella no tiene nada que ver. Nuestro abogado se jubiló, entonces pensé en ti. Me negué a estar presente en tu entrevista, y quienes te entrevistaron no sabían quien eras hasta hoy. En las reuniones en que coincidimos, el director de tu antiguo trabajo siempre presumía que ahora tenía el mejor abogado de todos, yo sabía que hablaba de ti, pero el resto de miembros de esta empresa, no.
- Bien, ¿y Alba?
- Necesitaba una intérprete, y ella lo es. Tiene buena experiencia. Ya ha firmado el contrato. Pero tu aún no podrás firmarlo.
Ante esa reacción puse una cara que era mezcla de asombro y duda. Me habían elegido a mí para el puesto, pero aún no tenía contrato.
- Necesito que antes de que empieces a trabajar aquí lleves el caso de unos clientes, es muy importante para ellos. 
En ese momento me extendió una carpetilla, tenía escrito algo en sueco en la portada. Lo supe porque identifiqué rápidamente el logo de la empresa en cuestión, que también venía impreso en la portada: Koenigsegg.
- Ya sé que está en sueco, pero el próximo lunes tenemos una reunión con ellos, tenemos que avisar a Alba, para que venga de intérprete, ellos sólo saben hablar sueco e inglés. No sé de que va el caso, sé que tienen pendiente una demanda con un cliente de España, necesitaban un abogado y te recomendé. Si quieres demostrar tu valía, no tendrás una oportunidad mejor que esta. Ellos son importantes clientes nuestros, les transportamos en exclusiva sus coches, tenemos en exclusiva su transporte a nivel mundial. 
- Sea lo que sea, los defenderé -dije mientras ojeaba la carpetilla-.
En inglés sólo venía la primera hoja, ponía algo cuya traducción sería ésta:

Nuestra empresa está interesada en que usted y su equipo nos defienda en el caso explicado en las páginas siguientes. Para ello estamos dispuestos a abonar las siguientes cantidades en razón de sus servicios.
- Intérprete: 5000 euros. Se le proporcionará en inglés toda la documentación que necesite.
- Abogado: 5000 euros en concepto de estudio del caso. Esta cifra se verá aumentada en caso de ganar el juicio. 
Todo gasto de transporte, manutención y alojamiento será sufragado por nuestra cuenta.
Esperamos su pronta respuesta, reciba un cordial saludo.
Christian Von Koenigsegg.

Era un caramelo muy muy sabroso. Tanto que acepté el caso. Iba a defender a una empresa que fabricaba alguno de los coches con los que soñaba con poder ver algún día por las calles. Quien sabe, a lo mejor, gracias a ellos podría ir a Suecia, o incluso visitar la fábrica... Deseaba que fuese ya el lunes para conocer a los suecos y empezar a estudiar con mayor profundidad el caso.
Salí del que ahora era mi despacho mientras comentaba con Alba el que sería mi primer caso en esta nueva andadura profesional. 
Antes de llegar a mi casa, noté una imperiosa necesidad de ir al cementerio donde reposaban los restos de Laura. Al llegar allí, su prima estaba limpiando la lápida de mármol negro. Lo hacía con mucho cuidado y cariño, de hecho mientras pasaba aquel trapo, ella lloraba, visiblemente emocionada. Cuando acabó la saludé, y me quedé un rato mirando aquella enorme pieza de mármol. Acaricié con mi mano su nombre, grabado en la lápida, sentía la diferencia entre la zona pulida y la grabada. Mientras hacía eso, me decía a mi mismo "juro que quien te hizo eso pagará muy cara su deuda. A ti te mataron, pero al que te hizo esto lo mataré yo".
Al llegar a casa, comí sólo tranquilamente. Pasé la tarde pintando con un rotulador las letras de los neumáticos de mi Shelby, ahora el logotipo de "Goodyear Eagle ST" aún lucía mejor al resaltar las letras blancas sobre el negro del caucho. Rebeca llegó sobre las siete de la tarde con nuestra oequeña Alba, con la que jugué un poco a hacerle cosquillas. 
Tras darle la cena a la niña y acostarla, ella decidió ducharse, la esperé en el dormitorio, viendo un rato la tele. Al cabo de unos veinte minutos ella llegó envuelta en una toalla. Me acerqué a ella, aún olía a champú, y la besé. La abracé con fuerza, y tras quitarle la toalla que usaba como improvisado vestido la tumbé con delicadeza sobre la cama, mientas seguíamos besándonos como dos adolescentes en una discoteca, empezó a sonar en la televisión una canción de Scorpions, "No one like you", parecía que estaba dedicada a mi esposa, no había ninguna como ella.
 
A la mañana siguiente, ella me volvió a preguntar por mi nuevo puesto de trabajo, y al contarle lo de Koenigsegg, ella se alegró mucho por mi evolución. Hasta la semana siguiente no tendría la reunión con los suecos, no obstante empecé a prepararla. A media mañana llegó el cartero, y trajo una carta como las anteriores que habían llegado, una amenaza:

No podrás disfrutar durante mucho más tiempo de tu vida. Voy a disfrutar tanto haciéndote sufrir como cuando lo hice con Laura. Tu final está más cerca que nunca.

¿Quién podría ser? Cada amenaza me mataba un poco por dentro, aunque ésta me dejó muy claro que el acosador de Laura era quien me amenazaba. Sin duda alguna, la respuesta estaría en los diarios que ella había escrito. 

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